Cada día que pasa parece más evidente que el todavía alcalde de Sevilla dedicará sus últimos meses a disfrutar un poco tras once años y pico en la palestra y a intentar por todos los medios dejar terminados algunos de los proyectos más ambiciosos de su etapa.
A veces ausente y otras relajado, Monteseirín está en plena carrera por cerrar capítulo: Parasol y Metro son sus grandes dolores de cabeza. Cada día tiene menos posibilidades de inaugurar el controvertido edificio de la Encarnación totalmente terminado, aunque está empeñado en que el proyecto culmine cueste lo que cueste. El Metro cambia cada dos semanas el recorrido de las líneas 2, 3 y 4... Inauguró la 1, historia pura de Sevilla. Las restantes ya veremos para cuándo están.
Algo de tiempo habrá que dedicarle a disfrutar un poco de un cargo que agota y que se agota. Sin horizonte, con algunos temas delicados coleando (Mercasevilla, por ejemplo) y con todo su equipo a punto de ser empujado a la pira, se concede alguna licencia. Ya se le reprochó su forma de asistir a la final de la Copa del Rey que el Sevilla ganó ante el Atlético en Barcelona y ahora, sinceramente creo que con algo más de base, su traslado a Johannesburgo para ver la final del Mundial.
Puede asistir de muchas maneras (incluso pagando, aunque no parece el caso), hasta acompañado de sus colaboradores más cercanos (Celis, Marchena y el contratista Jiménez Riquelme, que no aparece en la imagen) pero hacerlo con notables visos de cargar gastos y colgar en su blog personal la foto que acompaña denota una clara sensación de final de trayecto. A Celis ya lo metieron en un despacho cuando Espadas fue elegido candidato a la alcaldía y a Marchena (salvo que consiga perpetuarse de alguna manera) le queda el mismo tiempo en las empresas municipales que al alcalde en Plaza Nueva. A disfrutar de lo que queda, pues.
PS: Por si alguien lo dudaba. El Parasol se acabará "cueste lo que cueste" con la abstención de IU y el voto de calidad del alcalde.
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