Tendemos los periodistas a intentar buscar siempre una cara B a todo, una segunda lectura, una puerta trasera por la que entran los elementos que luego no salen en los papeles. Alguna vez, ocurre que no hay cara B, que la segunda lectura es errónea y que la puerta trasera está cerrada. Me temo que con el siguiente tema hay un poco de todo.
Después de la marejada (fuerte marejada diría) provocada por la negativa de los hermanos de la Esperanza de Triana a participar en el Vía Crucis de Madrid de agosto de 2011, la virulenta reacción de monseñor Asenjo y todo lo demás, curiosamente nadie se atrevía a cerrar del todo la posibilidad de incorporar a última hora, en la prórroga si hacía falta, a una imagen procedente de la Semana Santa más reconocida del país, como deslizaba el máximo responsable de la organización del evento. Eso está a punto de suceder, con una imagen de notable valor artístico aunque no tenga, digamos, el calado social que pretendía el Arzobispado.
Los Panaderos ha ofrecido llevar a la Virgen de Regla a Madrid. Hasta ahí, bien. Bravo, incluso. Zanjaría un tema espinoso que podría marcar las relaciones futuras entre cofradías y Arzobispado. ¿Pero qué hay detrás de este ofrecimiento? No son pocos los que piensan que, con el cura Soria muy implicado en el comisionado que rige ahora la corporación, el ofrecimiento sería casi un designio y también una forma de favorecer que se devuelva la soberanía a los hermanos. No olvidemos que la Sevilla cofrade está por lo general en contra de todo este tema. Y se podría añadir que otra hermandad inmersa en rumores sobre su posible ofrecimiento era El Resucitado, que también tiene sus frente abiertos y podría obtener el apoyo de Palacio.
Pero bueno, pensar que algo se cuece en Orfila más allá de una generosa colaboración es ser muy, muy mal pensado... ¿no?
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