Lo logró. Felicidades. De corazón. Luis Aragonés, uno de los tipos con peor carácter con el que puedas tropezar, lo logró. España siempre fue una selección perdedora. Tópicos y más tópicos para justificar lo que no debería haber problema en reconocer: La selección no estaba al nivel de las que pelean por los títulos. Con Luis todo cambió y las triquiñuelas que utilizó para convencernos a todos siguen vigentes. Como lo de La Roja.
Llegó a la selección en un nivel de desasosiego grande. Hablaba, con razón, de "la gran sentada", su forma de decir que la selección tenía que ser más o menos España FC. Adaptar la pasión, competitividad y brillantez de los clubes españoles al equipo nacional y despojarle de su complejo de inferioridad. En ese proceso, además de cargarse a Raúl tras el Mundial 2006, sacó a colación eso de La Roja. ¿La Roja? ¿Qué es eso de La Roja?
El estupendo Gaspar Rosety, ahora director de comunicación de la Federación Española, se arroga haber parido el calificativo, allá por México 86, después de ver cómo se les llenaba la boca a emigrantes y aficionados al hablar del equipo español. No me cabe la menor duda de que la historia que cuenta ocurrió exactamente así, pero hay que reconocer que nadie se ha referido de esa manera a la selección española durante los veinte años siguientes. Ni en los sesentaypico anteriores, si se toman como referencia los Juegos de Amberes, donde al parecer surge todo. Hasta que llegó Aragonés.
Eso de La Roja viene de la corriente que define a los equipos por un sobrenombre: albiceleste, canarinha, azzurri, pross, bleus, oranje, el Tri... En fin, hay muchos ejemplos. La mayoría, menos ingleses y alemanes (mannschaft) refieren a colores. Eso de la furia española no terminaba de calar y el carácter tan peculiar de Aragonés despertó, entiendo, las alarmas de las campañas de marketing. "Me gustaría que la selección tuviera un nombre, una identidad. Igual que Brasil es la canarinha o Argentina la albiceleste, me gustaría que España fuera La Roja", dijo Aragonés al llegar a la selección.
Buscaba Aragonés algo que aglutinara esfuerzos, pasiones y demás, y que encima funcionara como marca: El Marca (con una gran M roja como emblema) y Cuatro (el único canal televisivo que mantiene el rojo desde que Antena 3 hizo transparente su mosca) tiraron del tema, el canal televisivo en especial para la Eurocopa (que retransmitía). El AS no le haría ascos al tema al llevar también el rojo.
Ahora España se la juega contra La Roja. ¿Cómo? Contra Chile. ¿Pero La Roja no es España? La Roja es Chile. Eso es así. Nos pongamos como nos pongamos, lo de La Roja es un invento moderno producto de la necesidad de identificarnos.
Que perviva en el tiempo es algo que sólo veremos con una perspectiva más amplia. De momento, disfrutemos de la selección española, que se la juega contra Chile, contra La Roja. Y lo hará de azul por una de esas cosas de la FIFA que no termino de comprender: Los cabezas de serie juegan el último partido de la primera fase como visitantes y, por tanto, no elijen color de camiseta. No jugará de rojo, tampoco de blanco, lo hará de azul. Con pantalón blanco, porque elde Chile es azul. Si es que...
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