Bueno, creo que no hace falta ser Paul Krugman para entender que lo normal (dentro de la preocupación lógica) es que la provincia más poblada de Andalucía sea la que registre más sucesos de este tipo. De este tipo y de muchos tipos. Si hay más población, habrá más número de parados. Vamos, esto es de una lógica tan aplastante que no merece la pena dar más ejemplos. Verdaderamente preocupante –y digno de estudio– sería que se dieran en Jaén más casos que en Sevilla o Málaga.
Pero es con todo. A los periodistas nos la cuelan floja con estas cosas cada dos por tres. A veces por las prisas y a veces por interés. Recuerdo a un periodista de clase A –en la economía mundial sería de clase AAA– criticar con toda tranquilidad que Sevilla fuera la cuarta ciudad española por número de funcionarios. Venía a decir que había más funcionarios que en 46 capitales de provincia. El orden de los factores, ya se sabe. Esto... si además de ser una ciudad grande –estructura grande–, es capital de comunidad autónoma –venga funcionarios–, pues lo normal es que haya una barbaridad de funcionarios. Resulta que sólo le superaban Madrid, Barcelona y Valencia. O sea, las que superan a Sevilla en población salvo Alicante, que no es capital de comunidad y por tanto tiene una carga de funcionarios inferior. Parece más lógico comparar una ratio de funcionarios por habitante, por ejemplo. Andalucía está en una zona, digamos, media. Seguro que hay de más, pero nada alarmante respecto a otras zonas españolas.
Pues eso, qué difícil es entender eso del dato... Sobre todo cuando no se compara con nada y resulta una obviedad que te deja sin información.
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